Warren Buffet ocupa no ocupa la sexta posición en la lista de la revista Forbes solo por tener un negocio, sino por ser un buen inversor. Y es que sorprendió en el mundo de los negocios, haciendo fortuna únicamente vendiendo y comprando acciones de empresas en la bolsa con un modus operandi basado en interesantes compras.
Con tan solo 12 años, realizó su primera inversión en asociación con su hermana Doris; juntos compraron 3 acciones de Cities Service Preferred (CISV) a 38.25 dólares la acción. Sin embargo, el precio cayó a 27 dólares. Sin embargo, Buffet sostuvo esta inversión hasta que llegó a 40 dólares, luego las vendió. Las acciones de CISV posteriormente alcanzaron los 200 dólares, por lo que el joven inversor se percató que de haber esperado pudo tener una utilidad de 500 dólares.
Como siempre lo demostró, Warren estaba hecho para las inversiones. Estudió Ciencias en Administración de Empresas en la Universidad de Nebraska de allí se graduó a los 19 años. Luego Obtuvo una Maestría en Ciencias en Economía de Columbia en 1951. Después de graduarse, Buffett asistió al Instituto de Finanzas de Nueva York.
Poco después empezó a trabajar Buffett-Falk & Co. como vendedor de inversiones. Allí estuvo hasta que en 1954 aceptó un trabajo como analista de valores en la sociedad de Benjamin Graham.
Cuando Graham se retira, Buffet toma sus ahorros personales y comenzó Buffett Partnership Ltd. Estudiando varias compañías, se interesó por una empresa textil llamada Berkshire Hathaway. Esta adquisición seria la que cambiaría su vida y as como también una oportunidad la oportunidad de invertir a sus inversores originales. Durante estos años la experiencia y conocimientos de Warren Buffet lo convirtieron en un inversor asertivo.
Buffett sostiene que los inversionistas solo deben adquirir acciones que podrían mantener para siempre. Ha desarrollado varias reglas sucintas pero incisivas sobre el tema en sus famosas cartas a los accionistas. Las más notables es: “Mejor obtener una gran compañía a un precio justo que una empresa “razonable” a un precio barato“.
Hoy en Día Warren se ha convertido en uno de los más importantes inversores de los Estados Unidos. Es un empresario y filántropo, y ha invertido en empresas como la bombonería See’s Candies y la Compañía de Seguros Geico, hasta la multinacional Fruit of the Loom, reconocida textilera.
Warren Buffett nació en 1930 en Omaha, Nebraska, era el segundo de tres hijos y el único hijo de Leila y Howard Buffett, un corredor de bolsa y más tarde congresista
En 1942, su padre fue elegido para el primero de los cuatro períodos en el Congreso de los Estados Unidos, por lo que la familia debió de mudarse a Washington, DC.
Su interés en el mercado de valores y las inversiones nació durante su infancia cuando pasó tiempo en la sala de clientes de una corredora de bolsa regional, cerca de la oficina de corretaje de su padre. Es por ello que cuando viajo a la ciudad de Nueva York a los diez años, Buffett se insistió en visitar la Bolsa de Nueva York. Y a los 11 años, compró tres acciones de Cities Service Preferred para él y tres para su hermana Doris Buffett.
Gran parte de los primeros años de la infancia de Buffett fueron animados con emprendimientos empresariales, como vender chicles, botellas de Coca-Cola y revistas semanales de puerta en puerta. También trabajó en el supermercado de su abuelo y, mientras todavía estaba en la escuela secundaria, ganó dinero entregando periódicos, vendiendo pelotas de golf, estampillas, y limpiando autos, entre otras cosas.
Tenía solo 14 años cuando compró un terreno con 1.200 dólares de sus ahorros. Cuando terminó la universidad, Buffett había acumulado USD 9.800 en ahorros con estas tierras (alrededor de USD 105.000 hoy).
En su primera declaración de impuestos en 1944, Buffett accedió a una deducción de 35 dólares por el uso de su bicicleta. Poco a poco Buffet fue apuntando más alto, y en 1945, como estudiante de segundo año de secundaria se asoció con un amigo. Hicieron un gasto 25 dólares para comprar una máquina de pinball usada, que colocaron en la barbería local. En cuestión de meses, su pequeña empresa ya poseía varias máquinas en tres peluquerías diferentes en Omaha. Un año después vendieron el negocio por 1.200 dólares a un veterano de guerra.
En su adolescencia Warren Buffett ganaba más de 175 dólares mensuales entregando periódicos del Washington Post. En el que años después también invertiría en acciones.
De joven también invirtió en un negocio propiedad de su padre y con las ganancias compró una granja de 40 acres trabajada por un agricultor inquilino. Cuando se graduó de la secundaria Woodrow Wilson en 1947, su foto del anuario decía: «le gustan las matemáticas; un futuro corredor de bolsa» y la verdad no se alejó mucho de sus proyecciones.
El legado de Warren Buffett es muy amplio como inversionista y como emprendedor y demuestra que hay que estar atento para no dejar pasar las oportunidades.
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